Se crea en el año 2006 sobre la base de la experiencia en gestión de proyectos adquirida por Juan Carlos Delgado Manrique a lo largo de su vida profesional, con el añadido de la frescura y efervescencia de Sara Delgado Vázquez, matices que se vuelcan en el trabajo proyectual del estudio confiriéndole su entidad especifica.
Desde el comienzo de su actividad incorporan a sus proyectos la utilización de energías alternativas y renovables, enmarcadas en una arquitectura razonada como primer envolvente del entorno humano, e implicándose desde el primer boceto en la resolución de la sostenibilidad de los mismos.
Pensamos que la arquitectura debe ser la manera de definir el espacio del teatro del mundo, ordenándolo con la sutileza suficiente para que las personas mejoren su calidad de vida y la intervención no sea apreciada por el sistema natural.
Nuestro trabajo debe proveer diferentes entornos al servicio del ser humano tomado como individuo o como grupo social, mejorando las condiciones previas al proyecto, e integrando estos entornos proyectados en su escala global correspondiente. A partir de aquí evoluciona nuestra línea de pensamiento arquitectónico.
El mundo es finito y los recursos se acaban. La rápida liberación a la atmósfera del carbono que la naturaleza ha guardado durante millones de años provoca directamente el sobrecalentamiento global que destruye el equilibrio climático.
Abogamos por la integración inmediata de las energías alternativas, por la racionalización de su uso y la no ocupación del suelo por materiales no naturales. Proponemos las cubiertas verdes, preferentemente cosechables, pues la buena gestión energética pasa por producir los alimentos a los alimentos cerca de los puntos de consumo, ya que constituyen la primera y más indispensable de las energías. Proponemos a las administraciones el apoyo de este criterio, que ya de por sí constituiría un gran sumidero de CO2.
Generación eólica ciudadana con molinos de eje vertical, como en nuestro proyecto de Valladolid. Turbinas integrables en la red capaces de trabajar a contrapresión y servir a la vez de válvulas reductoras de presión en el sistema. Placas captadoras mucho más eficientes que enjuguen nuestras necesidades energéticas domésticas. Muros cortina vítreos captadores de energía para nuestros centros de trabajo. Vehículos no contaminantes. Cualquier energía menos la fósil.
¿A que estamos esperando? El tiempo es lineal y estamos abocados a una catástrofe ecológica que no queremos prever.
Evangelizamos entre nuestros clientes y hacemos propuestas a la administración para intentar que la inercia se desvíe en el sentido positivo alejándose del actual. Todas las escalas de intervención son buenas, tanto las domésticas como las comerciales, industriales o institucionales. Somos el país del sol. Se debería notar más.