El proyecto contempla la rehabilitación de un edificio compuesto por dos viviendas tradicionales de labor situadas en el margen de La Moraña, en un pequeño pueblo casi deshabitado pero que tiene vida vacacional y de fin de semana.
Las viviendas, las naves de aperos y los cobertizos y dependencias forman un patio interior de regular tamaño con acceso desde la calle a través de un portón por el que antaño entraban los carros.
El sistema estructural existente se compone de alfarjes de cuartones de madera apoyados sobre muros de carga de piedra y adobe para la primera planta y cerchas tradicionales de rollos de madera para la cubierta. Este sistema se encontraba en buen estado general, a excepción de los cobertizos para carros y animales al otro lado del patio.
Se interviene en la cubierta mediante la colocación se una placa ondulada flexible y se prevé un aislamiento térmico proyectado desde el interior. Sobre el entablado del alfarje se ejecuta una capa de aislamiento de poliuretano extrusionado y capa de aglomerado aligerado. Un gran hueco vertical abre la cocina al patio sobre el jardín e ilumina el estudio de planta bajo cubierta.
La disposición de los cuartones paralelos a las fachadas dificulta la redistribución de los espacios interiores. Se unifican las dos viviendas manteniendo las condiciones tradicionales generales, como el zaguán de acceso y la escalera de subida al sobrao, que se utilizará como estudio y manteniendo también el sistema de cargas, que solo se modifica mediante la eliminación de los muros de los antiguos lavaderos de ambas viviendas y su sustitución por vigas de madera para ampliar los espacios de cocina y comedor.
Se regeneran las cubiertas en mal estado, planteando bajo ellos el salón principal abierto al patio, el dormitorio principal y el gimnasio, con un gran jacuzzi al que se puede acceder directamente desde el patio, y que se abre a este a través de un gran hueco de carpintería desmontable. En la continuación se realiza un oficio con horno y parrilla tradicionales y una amplia zona de comedor informal. Esta zona se comunica directamente con la antigua nave de aperos, que se usará como garaje y taller de manualidades. El resto de las dependencias de la zona del patio se continúan usando como bodegas y almacenes.
La distribución de la vivienda, genera diferentes áreas de uso contemplando una habitación para invitados cerca de la entrada, un área de usos comunes que rodea el patio, otra de dormitorios para los hijos en la esquina de la vivienda y una más para los padres al otro lado del salón. Todas estas áreas se calefactan independientemente para optimizar el consumo de energía.
El exterior mantiene estrictamente la definición primigenia sufriendo únicamente el cambio de carpinterías, obligado por el estado de las mismas.
1000 m²
2008